Ecosistema | | 28-Sep-25

«Un enfoque solo tecnológico está condenado al fracaso»

Demandas de la FAO para el sistema alimentario: de la tecnología frugal a modelos open-source.

Beatriz Romanos

¿Basta solo la innovación tecnológicas para resolver los desafíos del sistema alimentario? Aunque la respuesta parece obvia, a veces, es posible que se nos olvide cuando nos movemos en la efervescencia agri-foodtech. Por ello es interesante que a veces nos pongan los pies en la tierra, Vincent Martin, director de la Oficina de Innovación de la FAO, durante su intervención en la reciente cumbre Future Food-Tech celebrada en Londres. “Un enfoque basado únicamente en la tecnología y en soluciones tecnológicas está condenado al fracaso”, advierte, subrayando la necesidad de ampliar la mirada e incorporar también innovaciones sociales, institucionales y financieras. 

Peticiones de la FAO para el sistema alimentario: de la tecnología frugal a los modelos open-source.

Y los retos… ¿siguen siendo los mismos en este momento de cierto caos e incertidumbre…? La resiliencia, la seguridad y la soberanía alimentaria se aúpan al podio de las prioridades, junto con la salud. ¿Y la sostenibilidad?, no desaparece, pero pierde algo de protagonismo en esta nueva jerarquía de urgencias. A este cuadro, Vincent Martin suma un elemento que considera esencial: la inclusividad. Esa idea de que la tecnología no agrande las brechas ni deje a nadie atrás. Para evitarlo, una formula que combina: un enfoque social y político; apostar por los modelos open-source, descentralizados y localizados;  y un concepto interesante, la «tecnología frugal»

“En la agricultura digital — la agricultura 4.0, el Internet de las Cosas, la analítica big data, los sistemas de alerta temprana impulsados por inteligencia artificial— están marcando una gran diferencia. Pero estas tecnologías y este tipo de innovaciones de alta tecnología tienen una utilidad limitada en países que no disponen del capital ni de la infraestructura necesarios. Por eso, en la FAO estamos poniendo mucho énfasis en trabajar con estos países, donde faltan capital e infraestructuras, y donde la innovación frugal, la innovación simple, de bajo coste, sí está marcando la diferencia. Un enfoque basado únicamente en la tecnología y en soluciones tecnológicas está condenado al fracaso. Por eso es fundamental tener en cuenta todo el espectro de la innovación: la innovación social, la institucional, o la financiera.”

 Las 6 claves de la FAO para garantizar la inclusividad

La innovación tecnológica está desempeñando un papel fundamental en la transformación del sistema alimentario global, pero no es suficiente por sí sola. Desde la FAO, se plantean al menos seis condiciones necesarias para asegurar que esa transformación sea verdaderamente inclusiva y no deje a nadie atrás:

  1. Abordar todas las formas de malnutrición
    Las tecnologías y la innovación pueden ser herramientas eficaces para afrontar el problema múltiple de la malnutrición: la persistencia del hambre, las deficiencias de micronutrientes y el crecimiento, casi epidémico, del sobrepeso y la obesidad. Todo ello, tanto en países de ingresos altos como en contextos de renta baja.
  2. Reconocer los límites del enfoque puramente tecnológico
    Un enfoque exclusivamente tecnológico, por brillante que sea, no puede resolver los complejos desafíos estructurales de los sistemas alimentarios: la tecnología no lo es todo ni puede actuar sola.
  3. Combinar innovación de alto rendimiento con soluciones frugales
    La FAO insiste en la necesidad de adaptar las soluciones al contexto. No todo pasa por lo digital o lo complejo. Las innovaciones deben combinarse: alto desempeño tecnológico con enfoques frugales, simples y asequibles.
  4. Impulsar ecosistemas de innovación colaborativos y centrados en las personas
    Trabajar como un ecosistema, e involucrar a todos los actores relevantes —productores, empresas, administraciones, sociedad civil, centros de conocimiento— es una condición indispensable. Pero no siempre es fácil: sobre el papel parece evidente, en la práctica es más complicado. La vía propuesta: enfoques tipo living labs y modelos de innovación impulsados desde las propias comunidades.
    “Los living labs que estamos viendo en muchos países de Europa, Canadá o Estados Unidos, y que se están empezando a pilotar en países del Sur Global, en contextos de renta baja y media, reúnen a científicos, academia, sector privado, agricultores y asociaciones para definir juntos los problemas que enfrentan y co-desarrollar la agenda de investigación. Tenemos ya algunos ejemplos de innovación social que están marcando la diferencia. Y creo que es esta combinación entre tecnologías y otros tipos de innovación lo que realmente puede transformar los sistemas alimentarios.”
  5. Apostar por tecnologías abiertas para reducir costes y facilitar el acceso
    El sector privado y las empresas que desarrollan soluciones deben, en la medida de lo posible, optar por tecnologías abiertas (open source), lo que permite reducir el coste de acceso y acelerar la adopción, especialmente en contextos con recursos limitados.

Fortalecer las alianzas público-privadas bajo un lenguaje común
Se necesitan más colaboraciones entre grandes empresas privadas, organizaciones internacionales y el sector público. “Está emergiendo. Está ocurriendo de alguna manera. Pero no estamos hablando necesariamente el mismo lenguaje”.

Sigue otros temas tratados en Future Food-Tech aquí.


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