Destacado | Inversión | 29-Jun-25

«En España hay dealflow agri-foodtech, y de calidad»

Entrevista a Xana Belastegui, General Partner de Swanlaab Venture Factory, con motivo de la presentación del libro blanco.

Beatriz Romanos

En un momento en el que parece respirarse una cierta apatía o incluso decaimiento en cuanto a la pujanza del sector agri-foodtech español, Xana Belastegui, General Partner de Swanlaab Venture Factory considera que el ecosistema español ofrece interesantes oportunidades, “hay suficiente dealflow y de calidad”. Al punto que la también bióloga y emprendedora invita a que otros inversores sumen fuerzas en este campo. No solo hacen falta más fondos especializados en agrifoodtech. Además, Belastegui hace un llamamiento a las empresas de la industria alimentaria -y no solo a las grandes- a apostar por la inversión en agrifoodtech, bien directamente con sus iniciativas de Corporate Venture, o a través de vehículos especializados, como una forma efectiva no solo de acceder a dealflow ajustado a sus intereses, sino de impulsar la innovación y mejorar el ecosistema para todos.

Son ideas que forman parte de la conversación mantenida con Belastegui a cuenta de la presentación del libro blanco elaborado por este Venture Capital y que analiza “El reto de convertir España en una superpotencia que lidere la transformación tecnológica del sector agroalimentario a nivel mundial.” Durante la conversación, Belaustegui enfatiza la necesidad de una transformación tecnológica que permita a las empresas abordar la innovación de manera más estratégica y a largo plazo. Para ello, es imprescindible superar una tendencia cortoplacista en la innovación, que lleva a las empresas a centrarse en resolver problemas inmediatos. También señala que la transferencia de tecnología enfrenta desafíos como la falta de validación de mercado y la necesidad de estructurar el crecimiento de startups, y subraya que la colaboración entre empresas, asociaciones y el sector de inversión es esencial para superar esto retos y fomentar un ecosistema más integrado que incluya a todos los actores relevantes, incluidos también, maquiladores y, por supuesto, administraciones. 

Entrevista con Xana Belastegui, General Partner de Swanlaab Venture Factory

El libro blanco se ha basado fundamentalmente en la entrevistas a miembros de la industria alimentaria, sus inquietudes, sus retos, sus percepciones en relación con la innovación. La primera conclusión está relacionada con el reconocimiento de una fuerte apuesta por la tecnificación, muy orientada a la optimización, pero con una visión algo cortoplacista, fragmentada y poco colaborativa. 

Vemos que, en general, las empresas incorporan tecnología para resolver los proyectos de corto plazo, y les cuesta más establecer unos objetivos estratégicos a me dio y largo plazo y tener también una inversión específica para esos objetivos. Además, la aproximación a esa búsqueda de soluciones suele ser más individual. Así que, si el día a día te come, y además vas solo, no tienes la capacidad y energía de impulsar asociaciones sectoriales, hacer más lobby para tener conversaciones con las instituciones públicas, promover una estrategia a nivel país que todavía queda por implementar. Falta que todas las piezas se sienten y trabajen juntas en esa visión de medio y largo plazo. 

¿Qué hacemos entonces? 

Tenemos que arrimar el hombro todos a una. Está claro que ir a la guerra de forma individual te solventa un problema en el corto, pero en el largo plazo. Y el sector no se va a transformar desde el punto de vista tecnológtico si no hay una apuesta clara  desde las instituciones por impulsar la innovación y la transferencia de tecnología para que sea comercial. Cada empresa puede hacer pequeñas transformaciones a título individual, y luego transferir al sector… Las startups, si no las auydudamos, las acompañamos, eso no escala, y si no se escala, no transforma el sector. 

Ir a la guerra de forma individual te solventa un problema en el corto, pero no te lo arreglan el largo

Transferencia de tecnología y escalado, parecen dos mantras que no terminan de encontrar una solución, que son una eterna cuenta pendiente. ¿En qué se ha avanzado y qué queda por hacer?

Llevo en este sector más de 20 años y claro que veo una mejora en cómo se hace la transferencia. Pero siempre hay un hueco desde esas instituciones de I+D o tecnológicas [y el mercado] y lo que hay que ver es cómo se acorta, o quién tiene que estar ahí. Falta finalización de la oportunidad de mercado, validación a escala piloto. Por ejemplo, cómo estructurar a nivel industrial un producto, si se va a optar por la creación de nuevas fábricas o a través de productores existentes; estructurar cómo van acrecer las startups y se van a convertir en pymes. Y también, qué papel juega la empresa en ese intermedio entre la transferencia de tecnología en una etapa tempranda de validación (más allá de los test y los pilotos) y la incorporación  dentro de su forma de trabajar. Es uno de los espacios donde todavía hay que seguir impulsando. Incubadoras, aceleradoras y otros vehículos han puesto a las startups en otro escalón de profesionalización, de escaparate hacia la industria, los inversores, etc, pero aún falta el siguiente paso, el escalado industrial.  

Ahí es donde creo que los VCs tienen un papel importante que jugar, porque son etapas todavía con mucho riesgo. 

Sin embargo, lo que hemos visto en los dos últimos dos años ha sido un retraimiento dle capital, y, lo que se mueve, tiene un foco hacia proyectos más maduros en cuanto a validaciones de mercado, capacidad de escalado, facturación. ¿Cómo cuadra esto con el espacio que describes y el papel que otorgas a los VCs?

En Swanlaab, desde el principio cuando estábamos diseñando este fondo, lo que teníamos claro, es que había un hueco entre esas esa etapa. Entre etapas semilla avanzadas hasta las series B donde en España prácticamente no hay players. Hay algunos proyectos en transferencia, pero si no hay nadie que te coja la mano después, es difícil salir. Es una etapa en la que estas validando tus primeros testings, probablemente has solicitado tu primera patente… Nosotros podemos entrar desde ese momento, pero también cuando ya tienes un nivel avanzado de protección de la tecnología, un nivel de tracción importante, un equipo consolidado… 

¿Es la oportunidad y el volumen de dealflow lo suficientemente atractivo para crear más vehículos?

Creo que sí, porque ni en España ni en Europa hay suficientes VCs especializados en la cadena agroalimentaria, en modelos B2B, es decir producción primaria transformación y hasta algo de logística y distribución. Hay algunos vehículos de impacto o que tienen entre sus verticales el agrotech, pero no hay tantos que inviertan en etapas tan tempranas. 

¿Y cuál es el rol que debe tener el VC en esta industria y en estas fases?

Creo que ha evolucionado mucho, y en el buen sentido. Ahora las partes tienen que elegirse mutuamente. Y entender que nosotros no venimos a traer solo financiación. Puede jugar ese papel de intermedio entre la transferencia de tecnología en una etapa temprana de validación y tecnología que ya la industria puede incorporar -no testar, porque eso sí que empieza antes- pero ya incorporarla dentro de su forma de trabajar. Ahí tienen que estar los VCs porque son etapas todavía con mucho riesgo, y lo que van a hacer es ayudar a las startups a escalar a todos los niveles y a acerecarse a la industria. Es

Nosotros teníamos claro que había un hueco en esa etapa. Por eso, entramos en los proyectos empresariales, para trabajar con ellos y ser una pieza más que colabora para ese crecimiento sostenible, para ayudar a esa validación comercial de producto y esa tracción, a abrir puertas. Ahora bien, si el emprendedor quiere seguir con su libro, sin contar con la visión del inversor, no somos su capital. 

A veces las conversaciones en materia de escalado se tienen demasiado tarde

El emprendedor tiene miedo a perder el control o la esencia de su proyecto… 

Creo que siempre hay formas de ver qué aporta cada uno y qué maneras hay de que todo el mundo se sienta relatívamente cómodo, entendiendo además, que, los proyectos tecnológicos, sin una financiaci´no adecuada y grande, no despegan, es algo intrínseco a su naturaleza. 

¿Teniendo esto en cuenta, qué tipo de VCs hacen falta?

Tenemos muy claro, que tienes que entender el sector. Entender la producción  primaria, los tiempos, el impacto de un proceso regulatorio de un biológico para el campo o un nuevo ingrediente, o incluso la aceptación de una nueva tecnololgía que cambia la forma de hacer un análisis.  También es importante aportar conocimientos de escalado industrial, para ayudar a las startups a llegar más fácilmente a esa fase. A veces estas conversaciones se tienen demasiado tarde. Hay sectores en los que está por ver esa explosión transformadora, por ejemplo en la sustitución de ingredientes. No puedes escalar a producir 10 kilos, tienes que ir a volúmenes enormes. Y alguien tiene que creer en ti para llegar a eso.

Por otra parte, creo que es fundamental que compartieran esta visión de aportación de valor, no solo a la startup, sino de trabajar por el ecosistema. En otros sistemas el VC ya está muy asumiendo como parte del ecosistema, como creador de valor, desarrollador de las empresa y como pieza que hace un poco de bisagra entre el I+D y la industria. En agroalimentario, quizá porque es una cadena compleja y más fragmentada, que viene de otra visión diferente, con menos presencia de innovación abierta…  este papel está por desarrollar. Ahí es donde nosotros queremos más masa crítica de VCs, pues todavía no hemos llegado al punto en el que no quepamos más. Y también que la industria comparta el interés de trabajar con nosotros desde la co-inversión, por supuesto, pero también como inversores dentro del capital. 

¿Crees que la industria alimentaria ha de ser más ambiciosa en lo relativo a  inversión en agrifoodtech? 

La inversión en agrifoodtech es una forma de impulsar el sector, de seguir creando ecosistema, y a la vez, por supuesto la rentabilidad financiera. Pero además, es una manera muy buena de poder acceder a deal flow más cualificado, que ha pasado un análisis de alguien experto capaz de identificar algo interesante para tu empresa. No hablo de las grandes corporaciones que igual ya tiene sus propios programas, pero sí es una forma de abrir la puerta, de dar acceso a otro tipo de empresas.  

Otro de los obstáculos para la consolidación de la industria agrifoodtech es la escasez de exists. ¿Cuál es vuestra visión al respecto?

Creo que también hay un tema de narrativa. Si siempre contamos las historias negativas de falta de exits, reducción de la inversión, quizá nos perdemos un análisis en el que vemos que igual hay menos operaciones, pero de mayor calidad. O quizá debemos destacar más aquellas empresas que sí están siendo capaces de escalar. Luego, también hay sectores en los que está por ver esa explosión. Por ejemplo, la sustitución de ingredientes, en los que tienes que ir a unos volúmenes brutales y alguien tiene que creer en ti para poder producir a escala. Creo que la comunicación es una de las partes clave para ir cambiando el discurso y que hablemos cada vez más de esa innovación a medio y largo y no tanto a corto plazo. 

Todavía hay un hueco entre las instituciones de I+D o tecnológicas hasta que la industria está preparada para incorporar una tecnología

Otra de las conclusiones del estudio es que se necesita un tejido empresarial tecnológico que dé servicio a la industria que esté más engrasado e integrado. Ya hemos hablado de startups, inversores, de la propia industria… ¿Quién más ha de formar parte?

Muchas veces, por el perfil tecnológico de una startup, vemos que no son empresas de producto, sino plataformas de creación de varios productos tecnológicos en el tiempo. Entonces se crea una especie de círculo vicioso en el que a veces es difícil salir: «necesito producir para validar mi capacidad y que me empiecen a comprar, pero a la vez lo que quiero es seguir desarrollando mi tecnología, entonces ¿tiene sentido una producción propia…? ¿cómo lo hago…?»

Por ejemplo, los maquiladores tienen un papel muy importante en ese análisis del modelo de negocio, y por tanto en el ecosistema. Pero también la administración, que ha de estar en diferentes etapas de la vida de una startup y también en el escalado. No solo en el I+D, sino más adelante, en el prototipado, incluso en las propias pymes que ya son más maduras, quizá ejerciendo un poco de pull para que quieran incorporar estas nuevas tecnologías… Al final, se trata de impulsar una innovación que se comercialice. Tenemos que ver cómo incluirles en este pensamiento, que vean que son parte del esfuerzo para impulsar esta innovación.

¿Tenemos oportunidad de jugar un papel relevante como industria agrifoodtech a nivel internacional? ¿Cómo?

Estamos viendo inversiones de fondos extranjeros que muestran que el dealflow y la inversión en España es interesante. Pero buscan también personas, equipos a nivel nacional que les puedan ayudar, que se pueda involucrar en el día a día de las empresas. 

Está claro que somos una potencia alimentaria a nivel global. Es verdad que hay una serie de retos sobre todo a nivel de competencia con otros países que España, por estar dentro de Europa, también tiene que jugar en una liga y y si no continuamos incorporando innovación tanto en la parte de producción primaria como la de transformación, lo que va a pasar es que podemos ir quedándonos atrás. Pero tenemos que creérnoslo, y trabajar todos a una. Es necesaria más comunicación y más narrativa que nos beneficiará a nosotros y a los que vengan. 


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